Hace tiempo, encontré este artículo en internet sobre la defensa del dibujo como género artístico con entidad propia suficiente como para ser considerado de forma independiente con respecto a otras disciplinas, como la pintura, la escultura, etc.
Su autor es Ramón Almela, doctor en Artes Visuales, y el título del artículo es "El Dibujo en el arte actual y en la enseñanza"; la verdad es que su texto no tiene desperdicio y lo suscribo totalmente, así que transcribo textualmente la mayor parte de su contenido:
"En el año 2000 se mostraba en la galería Barbara
Gladstone en Nueva York una colectiva de 111 dibujos sobre papel con pluralidad
de técnicas y materiales. En 2003, el Museo de Arte Moderno de Nueva York
concluía la más arriesgada exposición de arte reciente en 15 años: "Drawing
Now". Esta muestra atendía la situación del dibujo que después de
explorar las líneas más desenfrenadas del arte en el siglo XX, sobre todo
después de los Setenta, retorna en los albores de este siglo XXI, a un
territorio familiar. Y ese mismo año, el Museo Metropolitan de Nueva York daba
una mirada a la creación del genio de Leonardo con 118 dibujos bajo la
exposición "Leonardo Da Vinci, Dibujante Consumado". Se
conservan en total unos 4,000 dibujos de Leonardo y esta exposición contribuyó,
además de a la actualidad del dibujo, a examinar cronológicamente a uno de los
artistas que hizo del dibujo la raíz de su creación en diversos campos del
conocimiento. Aclara, también, algunos mitos sobre Leonardo. No fue el primero
con el método del "sfumato", esa degradación de valor en el claroscuro
de un tono. Hay varios dibujos de Andrea del Verrocchio con esa técnica y en
cuyo taller Leonardo fue un aprendiz. La muestra profundizaba en el proceso
creativo y el desarrollo de la sensibilidad de Leonardo Da Vinci. Los más
sorprendentes dibujos resultan aquellos en donde todo ocurre a la vez:
Animales, armamento, disecciones anatómicas, notas escritas, figuras humanas,
diagramas geométricos. El dibujo en su máxima expresión.
Dibujo de Leonardo Da Vinci
El dibujo en la historia aparece con un carácter propio inmerso en los restantes medios de expresión. El Renacimiento planteó el dibujo como forma artística propiamente dicha. Fue Leonardo quien señaló que la distinción entre "Artístico" y "Científico" en el dibujo era puramente accidental. La historia muestra una apreciación valorativa del dibujo oscilando entre las actitudes de ensalzarlo como trabajo de proceso, boceto, y como trabajo terminado. En la Florencia del siglo XVI se estimaban aquellos dibujos preliminares de los artistas del Renacimiento. En el comienzo del siglo XVIII se distinguían en Francia los dibujos muy elaborados y enmarcados de maestros como Watteau. Al final de ese siglo XVIII se alababan los trabajos que mostraban el trazo del genio en el desarrollo de la obra. Y de nuevo, obras terminadas de dibujo volvieron a ser apreciadas en el siglo XIX, sobre todo en Inglaterra.
Kevin Appel. "Light model: Southeast
model" Acrílico y grafito sobre papel
El aprecio del dibujo como gesto, preparación y proceso surgía nuevamente cuando la materialidad del objeto de arte atravesaba un reajuste en la década de los Sesenta y Setenta. El dibujo se liberó de los confines de la página expandiéndose a las paredes de la habitación, y alcanzaba a revelar la acción del dibujante en performances. Además, continuó utilizándose el lápiz y el papel como medio convencional para transcribir ideas en las obras de arte conceptual. El dibujo prosiguió con los pos conceptualistas de los Ochenta como medio preferido para convertir acciones artísticas en objetos concretos. Pero en los Noventa la situación cambió. El dibujo se alejó del concepto de proceso y adquirió un valor predominante como obra completa y autónoma.
El dibujo no puede caracterizarse ahora con los viejos criterios de forma y soporte. Se ha emancipado de tal forma que pasa, de ser un verbo, el registro de su propio hacer, a ser un nombre, una imagen reconocible consciente de su propia historia y complejidad comprometida con el mundo a su alrededor
Julie Mehretu "s/t" tinta,
lápiz color, collage sobre papel transparente
Esta situación moderna del Dibujo
afecta de varias maneras al aprendizaje del artista. Hasta ahora ha sido
desdeñado como expresión autónoma enfocado tan sólo al manejo preparativo de
la pintura y el conocimiento de la forma. Era un auxilio en la formación del
artista y utilizado en el diseño como medio de comunicación siendo arrinconado
por el dominante uso de la computadora. Las manifestaciones del dibujo
arquitectónico, la ilustración y el cómic eran rebajadas a expresiones
indignas de llamarse arte. El concepto de ilustración y decoración adquirían
un significado despectivo. Se desacreditó la disciplina académica que abarca
el dominio de los valores formales del claroscuro, de la proporción, del
conocimiento del dibujo anatómico, la figura humana, abandonándose las
técnicas tradicionales privando al alumno, al desconocerlas, de una amplitud
de recursos. Siguiendo con las tendencias dominantes en el mercado se educa
al artista a elaborar fluida y despreocupadamente la imagen en pos de una
transmisión de ideología meramente conceptual. En los modelos de conducta de
la enseñanza del arte, el dibujo perdió ese carácter de hilo conductor del
proceso de creación de la obra dominando un desinterés por la realización
manual.
Toba Khedoori. "Rooms" óleo y cera
sobre papel
Recuperando ahora el dibujo su
valor de obra autónoma, es de esperar que se atienda a la instrucción del
dibujo desdeñada anteriormente. Creo
como Jorge Chuey, de la UNAM, que el Dibujo "es el aliento vital de
mi proceso mental que mueve mi ser..." y como Florida Rosas sostiene
con una carga filosófico-poética "El dibujo es el aliento vital del
ser humano, pues éste es el comienzo de todo y si no se tiene no se tiene
nada".
David Thorpe "Out from the
night, the day is beautiful and we are filled with joy" Papel
collage
Se ha enseñado el dibujo
erróneamente como la construcción de la línea sirviendo de base al trabajo de
la construcción de la imagen pictórica. El dibujo está en la base de la
representación pero no simplemente como un auxiliar artesanal lineal de
contorno, sino como un proceso mental involucrando la percepción de la
realidad y el método de consolidar sobre la superficie bidimensional o
tridimensional las tensiones energéticas del entorno tanto en luz y color,
formas y proporciones como en emociones y sentimientos. Ahora, además, se
asiste a una revalorización del dibujo como producto final atendido como obra
de arte digna de ser mostrada. Desde la década de los Noventa, los artistas
vuelven al uso de los materiales tradicionales de dibujo inmersos en una
representación figurativa, transfiriendo sobre papel o la pared ideas e
historias, metáforas y alegorías de las preocupaciones cotidianas."
Takashi Murakami "Study ofr SMP K.2"
Acuarela sobre cartulina