viernes, 26 de febrero de 2016

La actividad de dibujar es descubrir qué es dibujar


El Cultural ha publicado un artículo sobre William Kentridge , artista que ha recibido el Premio Penagos de Dibujo 2013 de la Fundación Mapfre.






Según este artista: "El dibujo es una forma inmediata de conectar lo que sientes con lo que hace tu cuerpo".
"La actividad de dibujar es descubrir qué es dibujar, no es dibujar antes de dibujar, sino el procedimiento de pensar". Este artista dibuja, borra, modifica, cambia y retoca la postura del dibujo en un mismo papel, sacando dos fotografías en cada cambio. Después hace una forma de videoanimación con tan solo una treintena de las imágenes que realiza, donde se observa el recorrido que ha sufrido su trabajo. 
"Los vídeos son dibujos realizados para las proyecciones", analiza. Cada uno de ellos está fotografiado con todos sus cambios de modo que la historia habla por sí misma. La memoria del dibujo final, su trayecto, su viaje. "El resultado final es el viaje" "Vas viendo el proceso, los cambios, unes todo. Es decir, es una manera de condensar todos los dibujos para llegar a una forma final, a lo que se va a ver". Su obra, casi en su integridad, está elaborada en blanco y negro, con carboncillo o pastel. La ausencia de color significa el color mismo. El dibujo, opina, es una manera de comunicarse con el cuerpo y esta es la razón, presupone, por la que los jóvenes se están acercando a él: "Está en las manos, empleas tu cuerpo al igual que caminas con tus pies. Todo gira entorno a la práctica y la inmediata conexión con las ideas. No es un arte más rápido de hacer pero sí permite una rápida conexión entre lo que estás sintiendo y lo que tu cuerpo está haciendo".  
Los artistas que le han servido de influencia son tres: Velázquez, Goya y Picasso. "Te das cuenta de las conversaciones que tenían con sus trabajos. Goya es la plasmación de la realidad, Velázquez la energía y la actividad mientras Picasso es la transformación de la realidad".  
Es de los que opina que cualquier objeto visible está ahí para ser representado, porque, como él dice, el resultado final es el propio viaje. 



Félix en el exilio, William Kentridge



miércoles, 24 de febrero de 2016

Pintura tridimensional de Keng Lye




El artista Keng Lye, produce obras tridimensionales con acrílicos y resina epoxi que se encuentran en algún lugar entre la pintura, la escultura y el arte objetual. 
Usa una técnica creada por Riusuke Fukahori, para lograr la ilusión de la tridimensionalidad de diferentes animales nadando en el agua. El largo proceso implica verter resina en un recipiente y pintar sobre ella con acrílicos, en diferentes capas, con lo que consigue crear sombreado sobre las capas de resina y que producen esa sensación de volumen.





Lo podemos ver mejor en este vídeo donde se ve la técnica que usa más claramente.







martes, 23 de febrero de 2016

Vídeos que muestran la técnica del artista Marc Witte



En este vídeo podemos ver cómo se ha realizado el cuadro "Walk the fish" de Marc Witte




Y en este vídeo siguiente la realización del cuadro "Migration", del mismo artista




viernes, 19 de febrero de 2016

miércoles, 17 de febrero de 2016

Escribiendo sobre el agua


Este es un buen ejemplo sobre cómo el azar puede ayudarnos en nuestros trabajos para crear algo mucho más sugerente, aprovechando elementos tan incontrolables e incluso invisibles como el agua.




martes, 16 de febrero de 2016

Ilustraciones de Susan Jeffers


  
The Wild Swans by Hans Christian Anderson and Amy Ehrlich
1981
Dial
Society of Illustrators Award of Merit



















  




viernes, 12 de febrero de 2016

10 cosas que el diseñador Milton Glaser aprendió del diseño


En el blog El malpensante (http://elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=154) se ha publicado un artículo muy interesante sobre las 10 cosas que Milton Glaser aprendió del diseño a lo largo de su extensa carrera. 
Aquí os las expongo porque creo que están cargadas de sentido común y de experiencia:


Comparto algunas cosas que aprendí a lo largo de los años, que tienen mucho que ver con lo que hacemos los diseñadores.


1. Sólo puedes trabajar para gente que te agrada


Es una regla curiosa que me llevó mucho tiempo aprender porque, de hecho, en los inicios de mi práctica sentía lo contrario. Ser profesional requería que no te gustara particularmente la gente para la cual trabajabas, o al menos que mantuvieras una relación distante, lo que significaba no almorzar con los clientes ni tener encuentros sociales. Hace algunos años me di cuenta de que lo opuesto era verdad. Descubrí que todo el trabajo valioso y significativo que había producido provenía de relaciones afectivas con los clientes. No estoy hablando de profesionalismo; estoy hablando de afecto. Estoy hablando de compartir con el cliente algunos principios comunes. Que, de hecho, tu visión de la vida sea congruente con la del cliente. De otro modo la lucha es amarga y sin esperanzas.


2. Si puedes elegir, no tengas un empleo


Una noche estaba sentado en mi auto fuera de la Universidad de Columbia, donde mi esposa Shirley estudiaba antropología. Mientras esperaba escuchaba la radio y oí a un periodista preguntar: “Ahora que llegó a los setenta y cinco, ¿tiene algún consejo para nuestra audiencia sobre cómo prepararse para la vejez?”. Una voz irritada dijo: “¿Por qué últimamente todos me preguntan sobre la vejez?”. Reconocí la voz de John Cage. Estoy seguro de que muchos saben quién fue —el compositor y filósofo que influenció a gente como Jasper Johns y Merce Cunningham y al mundo de la música en general. Apenas lo conocí, admiré su contribución a nuestro tiempo. “Sabes, no sé cómo prepararme para la vejez”, dijo. “Nunca tuve un empleo, porque si tienes un empleo, algún día alguien te lo quitará y entonces no estarás preparado para la vejez. Para mí ha sido lo mismo cada día desde los doce. Me levanto por la mañana y trato de darme una idea de cómo llevar el pan a la mesa hoy. Es lo mismo a los setenta y cinco: me levanto cada mañana y pienso cómo voy a llevar el pan a la mesa hoy. Estoy excelentemente preparado para la vejez”.


3. Alguna gente es tóxica, mejor evitarla


En los sesenta había un hombre llamado Fritz Perls que era psicólogo gestáltico. La terapia Gestalt, derivada de la historia del arte, propone que debes comprender el “todo” antes que los detalles. Lo que debes observar es la cultura entera, la familia completa, y la comunidad, etc. Perls proponía que en todas las relaciones la gente puede ser tan tóxica como enriquecedora. No es necesariamente cierto que la misma persona sea tóxica o enriquecedora en todas sus relaciones, pero la combinación de dos personas puede producir consecuencias tóxicas o enriquecedoras. Y lo importante que puedo contar es que hay un test para determinar si alguien es tóxico o enriquecedor en su relación contigo. Aquí va el test: tienes que pasar algún tiempo con la persona, así sea tomar un trago, ir a cenar o ver un juego deportivo. No importa demasiado, pero al final observa si te sientes con más o menos energía, si estas cansado o si estás fortalecido. Si estás más cansado, entonces te han envenenado. Si tienes más energía, te han enriquecido. El test es casi infalible y sugiero usarlo toda la vida.


4. El profesionalismo no basta 


Cuando comencé mi carrera quería ser profesional. Ésa era mi aspiración porque los profesionales parecían saberlo todo, sin mencionar que además les pagan por eso. Más tarde, después de trabajar un tiempo, descubrí que el profesionalismo en sí mismo era una limitante. Después de todo, lo que profesionalismo significa en la mayoría de los casos es “reducción de riesgos”. Así, si quieres arreglar tu auto vas donde un mecánico que sepa cómo lidiar con el problema que tiene. Supongo que si necesitas cirugía en el cerebro no querrás tener cerca a un doctor tonto inventando una nueva forma de conectar tus terminaciones nerviosas. Por favor, hazlo de la forma que ha funcionado bien en el pasado.

Desafortunadamente, en nuestro campo, el así llamado creativo (odio esa palabra porque se suele usar mal, odio el hecho de que se la use como sustantivo, ¿te imaginas llamar a alguien creativo?), cuando haces algo en forma recurrente para reducir riesgos o lo haces de la misma forma en que lo has hecho antes, se vuelve claro por qué el profesionalismo no es suficiente. Después de todo, lo que se requiere en nuestro campo, más que cualquier otra cosa, es la trasgresión continua. El profesionalismo no da lugar a la trasgresión porque ésta incluye la posibilidad de error, y si eres profesional tu instinto te dicta no fallar, sino repetir el éxito. Entonces, el profesionalismo como aspiración de vida es una meta limitada.


5. Menos no necesariamente es más


Al ser hijo del modernismo escuché este mantra toda mi vida: “Menos es más”. Una mañana, antes de levantarme, me di cuenta de que era un sinsentido total, un asunto absurdo y bastante vacío. Pero suena importante porque contiene dentro de sí una paradoja resistente a la razón. Sin embargo, no funciona cuando pensamos en la historia visual del mundo. Si observas una alfombra persa, no puedes decir que menos es más porque te das cuenta de que cada parte de esa alfombra, cada cambio de color, cada cambio de forma es absolutamente esencial para su calidad estética. No se puede probar de ninguna manera que una alfombra lisa es superior. Lo mismo con el trabajo de Gaudí, las miniaturas persas, el art nouveau y muchas otras cosas. Tengo una máxima alternativa que creo que es más apropiada: “Suficiente es más”.


6. El estilo no es confiable


Creo que esta idea se me ocurrió por primera vez cuando miraba una maravillosa acuarela de un toro de Picasso. Era una ilustración para un cuento de Balzac llamado “La obra maestra desconocida”. Es un toro expresado en doce estilos, desde una versión muy naturalista hasta una abstracción reducida a una simple línea, con todos los pasos intermedios. Lo que surge con claridad al observar este impreso es que el estilo es irrelevante. En cada uno de esos casos, desde la abstracción extrema hasta el naturalismo fiel, todos son extraordinarios más allá del estilo. Es absurdo ser leal a un estilo. No merece tu lealtad. Debo decir que para los viejos profesionales del diseño es un problema, porque el campo está manejado más que nunca por intereses económicos. El cambio de estilo suele estar ligado a factores económicos, como todos los que leyeron a Marx saben. También se produce cansancio cuando la gente ve demasiado de lo mismo todo el tiempo. Entonces, cada diez años más o menos se produce un cambio estilístico y las cosas se vuelven diferentes. Las tipografías van y vienen y el sistema visual cambia un poco. Si llevas años de trabajo como diseñador, tienes el problema esencial de qué hacer. Quiero decir, después de todo, has desarrollado un vocabulario, una forma que te es propia. Es uno de los modos de distinguirte de tus pares y establecer tu identidad en el campo del diseño. Mantener tus creencias y preferencias se vuelve un acto de equilibrio. La duda entre perseguir el cambio o mantener tu propia forma distintiva se vuelve complicado. Todos hemos conocido casos de ilustres personajes cuyo trabajo repentinamente pasó de moda o, más precisamente, se quedó en el tiempo. Y allí hay historias tristes como la de Cassandre, indiscutidamente el más grande diseñador gráfico de principios del siglo XX, que no pudo ganarse la vida en sus últimos años y se suicidó.
7. En la medida en que vives, tu cerebro cambia

El cerebro es el órgano más activo del cuerpo. De hecho, es el órgano más susceptible de cambiar y regenerarse. Tengo un amigo llamado Gerard Edelman que es un gran erudito en estudios del cerebro y para quien la analogía del cerebro con la computadora es desafortunada. El cerebro es más como un jardín silvestre que constantemente está creciendo y esparciendo semillas, regenerándose, etc. Y él cree que el cerebro es maleable —en una forma de la cual no somos totalmente conscientes— a toda experiencia y a todo encuentro que tengamos en nuestra vida.

Me fascinó una historia en un periódico hace pocos años acerca de la búsqueda del oído absoluto. Un grupo de científicos decidió que descubriría por qué alguna gente tiene oído absoluto. Son los que pueden escuchar una nota con precisión y replicarla exactamente en el tono correcto. Alguna gente tiene un oído muy fino, pero el oído absoluto es raro incluso entre los músicos. Los científicos descubrieron —no sé cómo— que en la gente con oído absoluto el cerebro era diferente. Ciertos lóbulos del cerebro habían experimentado algún cambio o deformación recurrente entre quienes tenían oído absoluto. Esto fue suficientemente interesante en sí mismo, pero entonces descubrieron algo aún más fascinante: si tomas un grupo de niños de cuatro o cinco años de edad y les enseñas a tocar el violín, luego de unos años algunos de ellos habrán desarrollado el oído absoluto, y en todos esos casos su estructura cerebral habrá cambiado. Bien... ¿qué podría significar eso para el resto de nosotros? Tendemos a creer que la mente afecta al cuerpo y que el cuerpo afecta a la mente, pero generalmente no creemos que todo lo que hacemos afecte el cerebro. Estoy convencido de que si alguien me gritara desde el otro lado de la calle, mi cerebro podría ser afectado y mi vida podría cambiar. Es por eso que mi madre siempre decía: “No te juntes con esos chicos malos”. Mamá tenía razón. El pensamiento cambia nuestra vida y nuestro comportamiento.

También creo que el dibujo funciona de la misma manera. Soy un gran defensor del dibujo, no por haberme convertido en ilustrador, sino porque creo que el dibujo cambia el cerebro, de la misma forma en que encontrar la nota correcta cambia la vida de un violinista. El dibujo te vuelve atento, te hace prestar atención a lo que ves, lo cual no es tan fácil.

8. La duda es mejor que la certeza


Todo el mundo habla siempre de tener confianza, de creer en lo que haces. Recuerdo que una vez en clase de yoga el profesor dijo que, espiritualmente hablando, si tú crees que has alcanzado la iluminación, apenas has alcanzado tus límites. Pienso que es verdad en un sentido práctico. Las creencias profundamente arraigadas de cualquier tipo evitan que te abras a experimentar, y es por eso que encuentro cuestionable toda posición ideológica sostenida con firmeza. Me pone nervioso que alguien crea demasiado en algo. Ser escéptico y cuestionar toda convicción arraigada es esencial. Por supuesto, hay que tener clara la diferencia entre escepticismo y cinismo, porque el cinismo es tan restrictivo de la propia apertura al mundo como las convicciones apasionadas: son como gemelos. En definitiva, resolver cualquier problema es más importante que tener razón. Existe una sensación de autosuficiencia tanto en el mundo del arte como en el del diseño. Tal vez comienza en la escuela. Las escuelas de arte a menudo privilegian un modelo de personalidad como el de la filósofa Ayn Rand, quien siempre se resistía a las ideas de cultura que la rodeaban. La teoría de las vanguardias es que como individuo tú puedes transformar el mundo, lo cual es verdad hasta cierto punto. Uno de los signos del ego dañado es la certeza absoluta.

Las escuelas alientan la idea de no comprometerse y defender tu trabajo a toda costa. Bien, el asunto es que todo trabajo tiene que ver más que nada con la naturaleza del compromiso. Sólo tienes que saber con qué comprometerte. La búsqueda ciega de tus propios fines a costa de excluir la posibilidad de que otros puedan tener razón, no tiene en cuenta el hecho de que en diseño siempre lidiamos con una tríada: el cliente, la audiencia y tú mismo. Lo ideal sería que mediante alguna clase de negociación todas las partes ganaran, pero la autosuficiencia suele ser el enemigo. El narcisismo generalmente proviene de alguna clase de trauma de la infancia que no debe profundizarse. Se trata de un aspecto muy difícil en las relaciones humanas. Hace algunos años leí una cosa muy notable sobre el amor, que también aplica a la naturaleza de la relación con los otros. Era una cita de Iris Murdoch en su obituario. Decía: “El amor es el hecho extremadamente difícil de darse cuenta de que el otro, que no es uno, es real”. ¡¿No es fantástico?! La mejor conclusión sobre el tema del amor que se pueda imaginar.


9. Sobre la edad


El año pasado alguien me regalo para mi cumpleaños un libro encantador de Roger Rosenblatt, llamado Ageing Gracefully [Envejeciendo con gracia]. No me di cuenta del título en el momento, pero contiene una serie de reglas para envejecer con gracia. La primera regla es la mejor: “No importa. No importa lo que pienses. Sigue esta regla y agregarás décadas a tu vida. No importa si es tarde o temprano, si estás aquí o allá, si lo dijiste o no, si eres inteligente o estúpido. Si saliste despeinado o calvo o si tu jefe te mira rayado o tu novio o novia te mira rayado, si tú estás rayado. Si consigues o no que te den ese ascenso o premio o casa: no importa”. Gran sabiduría. Entonces escuché un maravilloso cuento que parecía relacionado con la regla número diez: Un carnicero estaba abriendo su negocio una mañana y mientras lo hacía un conejo asomó su cabeza a través de la puerta. El carnicero se sorprendió cuando el conejo preguntó: “¿Tiene repollo?”. El carnicero dijo: “Ésta es una carnicería, vendemos carne, no verduras”. El conejo se fue saltando. Al día siguiente el carnicero estaba abriendo su negocio y el conejo asomó su cabeza y preguntó: “¿Tiene repollo?”. El carnicero ahora enojado le respondió: “Escúchame pequeño roedor, te dije ayer que vendemos carne, no verduras, y la próxima vez que vengas por aquí te voy a agarrar del cogote y clavaré esas orejas flojas al suelo”. El conejo desapareció precipitadamente y nada sucedió durante una semana. Entonces una mañana el conejo asomó su cabeza desde la esquina y preguntó: “¿Tiene clavos?”. El carnicero dijo: “No”. Entonces el conejo dijo: “¿Tiene repollo?”.


10. Decir la verdad


El cuento del conejo es importante porque se me ocurrió que buscar repollo en una carnicería sería como buscar ética en el campo del diseño. No parece ser el lugar más adecuado para encontrarla. Es interesante observar que en el nuevo código de ética del American Institute of Graphic Arts aparece una cantidad importante de información sobre conductas para con los clientes y para con otros diseñadores, pero ni una palabra acerca de la relación del diseñador con el público. Lo que se espera del carnicero es que venda carne que se pueda comer y no mercadería engañosa. Recuerdo haber leído que, durante los años de Stalin en Rusia, todo lo que llevaba la etiqueta de “ternera” en realidad era pollo. No me quiero imaginar qué sería lo que llevaba la etiqueta “pollo”. Podemos aceptar algún nivel mínimo de engaño, como que nos mientan acerca del índice graso de las hamburguesas, pero cuando el carnicero nos vende carne podrida, nos vamos a otra parte. Como diseñadores, ¿tenemos menos responsabilidad con nuestro público que un carnicero? Quien esté interesado en matricular a los diseñadores gráficos, debería notar que la razón de ser de una matrícula es proteger al público, no a los diseñadores ni a los clientes. “No hacer daño” es una advertencia a los doctores que tiene que ver con la relación con sus pacientes, no con sus colegas o con los laboratorios. Si fuéramos matriculados, decir la verdad se convertiría en algo más importante en nuestra actividad.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Una breve historia de las líneas

En El País digital, en su sección cultural, se ha publicado el siguiente artículo que os transcribo textualmente más abajo, escrito por el periodista Álex Vicente, o que, si queréis, podéis leer directamente en su edición del 4 de febrero de 2013 (http://cultura.elpais.com/cultura/2013/02/01/actualidad/1359718597_449170.html).
En él se nos habla de la última exposición de la sucursal del Centro Pompidou en Metz donde se reinterpreta el arte del siglo XX como una sucesión de rayas, demostrando así que con una simple línea los grandes artistas del siglo pasado puede crear todo un mundo expresivo, al mismo nivel que otras disciplinas artísticas más habitualmente aceptadas.
"El arte del último siglo, entendido como una sucesión de líneas rectas, sinuosas y discontinuas. Este es el punto de partida de la exposición Una breve historia de las líneas, recientemente inaugurada en la segunda sede del Centro Pompidou en Metz, que se propone trazar una genealogía alternativa de la pintura, la fotografía y el grafismo desde 1925. Hasta el 1 de abril y a través de más de 200 obras, la muestra explora cómo los grandes artistas del siglo pasado –de Duchamp a Fontana y de Man Ray a John Cage— jugaron con la línea en su obra artística, demostrando que el más sencillo trazo podía representar cualquier objeto, persona y acción. La línea desnuda, hasta entonces herramienta exclusivamente aceptable en los dibujos preparatorios, entró en la historia del arte en mayúsculas.
La exposición arranca con la clasificación establecida por Kandinsky y Klee en 1925, cuando ambos eran profesores de la Bauhaus. Los dos se propusieron emprender un análisis científico de la línea, separándola en categorías distintas en función de su significado, al entender que no representaba lo mismo una línea derecha que otra serpenteada, ni una raya entrecortada que una flecha avanzando con decisión. Además de estudiar su misteriosa mutabilidad, consiguieron elevar la línea al rango de elemento fundamental en el lenguaje plástico, en un momento marcado por la transición hacia la abstracción.
La muestra se inspira tanto en el cambio de paradigma en plena emergencia de las vanguardias como en las teorías del antropólogo británico Tim Ingold, conocido por describir la línea como un reflejo de la propia actividad humana. “Vayan donde vayan y hagan lo que hagan, los hombres dibujan líneas caminando, hablando, haciendo gestos”, asegura Ingold. La comisaria de la exposición, Hélène Guenin, descubrió en las tesis de Ingold la ilustración perfecta de la muestra que tenía en mente. “En el arte, la línea suele servir como metáfora del movimiento. Es la expresión poética de un gesto banal, que sirve para representar todo tipo de cosas, del cuerpo humano al paisaje que nos rodea”, explica. La primera obra de la muestra, a cargo del francés Pierre Bismuth (colaborador habitual del cineasta Michel Gondry), presenta un sismograma luminoso de los hipnóticos movimientos de Marilyn Monroe en la primera escena de Con faldas y a lo loco. Otros artistas contemporáneos, como el cotizado Olafur Eliasson, figuran en la exposición con estudios similares sobre la misteriosa aleatoriedad del movimiento humano.
Casi un siglo antes, Marcel Duchamp practicó uno de sus conocidos détournements con el sistema métrico, comparando una línea recta y otra ondulada de la misma medida, pese a no tener el mismo valor como unidad de longitud. Su hijo espiritual, John Cage, utilizó la línea para representar paisajes mentales con rayas ininteligibles, a imagen y semejanza del interior de su cabeza. Su trazo conseguía así representar lo irrepresentable.

Cartografías imaginarias

La línea también ha servido para diseñar cartografías imaginarias. Por ejemplo, en la intervención en el paisaje propia del land art. La obra de Christo, una de sus principales superestrellas, logró delimitar al gusto del artista territorios naturales exentos de geometría, tal como Richard Long se sirvió de la línea para dejar su propia huella en los lejanos parajes que decidía explorar. En otros contextos, la línea puede adoptar incluso connotaciones políticas. Es el caso de los artistas del grupo Krizovatka (“Cruce de caminos”), colectivo checoslovaco de vanguardia durante los sesenta, con Karel Malich a la cabeza, que utilizó líneas fracturadas e intermitentes para representar la revolución interrumpida tras la Primavera de Praga. El argentino León Ferrari también se sirvió de las flechas para trazar el camino tortuoso que supone la condición de exiliado, que vivió en primera persona tras el golpe de estado de Videla. Por último, la muestra pasa revista a la obra de algunos de los artistas que se han servido de la línea para representar el cuerpo humano, como las series de Man Ray sobre las líneas de ambas manos, el trabajo sobre los flujos sanguíneos de la alemana Rosemarie Trockel o los diseños del italiano Giuseppe Penone, que convirtió las líneas de su párpado en una espectacular pintura mural.

La muestra se fundamenta en la espectacular colección de arte gráfico del museo
La muestra se fundamenta en la espectacular colección de arte gráfico del Pompidou, con un total de 19.000 obras que no suelen ser expuestas en la central de París. Ya hace casi tres años que el museo abrió sucursal en Metz, localidad deprimida con pasado industrial. Allá donde solo había siderurgia en proceso de acelerada decadencia se erige hoy un imponente edificio del japonés Shigeru Ban, conocido por las construcciones temporales de cartón ideadas para albergar a los damnificados del terremoto de Kobe en 1995. Esta extraña pagoda posmoderna, protegida por una espectacular membrana blanca y ondulada, se ha convertido en un exitoso centro de exposiciones temporales –casi medio millón de visitantes en 2012, pese a ubicarse en un rincón alejado del circuito turístico—, aficionado a buscar ángulos inversos para examinar el arte moderno y contemporáneo. “Somos algo así como el laboratorio del Pompidou, lo que nos permite asumir riesgos que tal vez no se toman en París”, explica Guenin.
En su programa para 2013, figura una muestra sobre las vistas aéreas en la historia del arte (de los impresionistas a Google Maps), otra sobre la supervivencia de la Beat Generation en la cultura contemporánea y una tercera sobre la influencia de los paparazzi en la estética dominante en el arte. Su modelo ya ha creado escuela. El Louvre acaba de inaugurar su propia sucursal en Lens, en la región minera del Pas-de-Calais, con una voluntad muy parecida: descentralizar las colecciones públicas y experimentar con nuevas formas de exponerlas."

Vassily Kandinsky, Empreinte des mains de l'artiste, 1926.

martes, 9 de febrero de 2016

¿Te atreves a soñar?


Este corto animado realizado para promocionar una empresa de coaching e innovación (http://inknowation.com/es/puede aplicarse a cualquier momento de nuestra vida, en especial si estamos formándonos, ya que facilita el abrir nuestros horizontes y mirar más allá de lo previamente establecido en todos los ámbitos, al hacernos reflexionar sobre cómo enfocamos nuestro propio aprendizaje y metas.





En el blog de Inknowation (http://inknowation.com/blog/ donde se ha colgado este vídeo podréis también encontrar más artículos sobre creatividad e innovación que quizá os resulten útiles durante vuestros estudios en las Enseñanzas Artísticas Superiores de Diseño.

viernes, 5 de febrero de 2016

Un lugar para la reflexión sobre el territorio


Buscando por internet me he encontrado este blog, que me parece muy interesante, donde podéis encontrar reflexiones sobre el dibujo, el entorno arquitectónico y su influencia en el ser humano, es decir, como dice su autora, Clara Nubiola, "un espacio para pensar la ciudad" : http://losvaciosurbanos.blogspot.com.es/
Hay artículos de temática muy diversa que no tienen desperdicio, de los que podéis sacar interesantes conclusiones, por ejemplo, en este artículo podéis ver cómo se puede articular un trabajo de investigación gráfica:
Además, desde este blog se propuso un concurso sobre recorridos urbanos de diversas ciudades que también os puede servir de inspiración en vuestro trabajo:
Todo esto ha generado la edición de un libro titulado "La guía de las rutas inciertas" donde Clara Nubiola hace recorridos por su ciudad, Barcelona.
En el siguiente vídeo podéis ver cómo trabaja ella y otra ilustradora, Amaia Arrazola, sobre el concepto del dibujo arquitectónico y la ciudad en la vida de sus habitantes.










miércoles, 3 de febrero de 2016

Memoria visual

Ahora que estamos con el Dibujo Arquitectónico os muestro el trabajo de este dibujante, Stephen Wiltshire, cuya memoria visual le ha hecho ser mundialmente conocido.
Esta habilidad es muy conveniente desarrollarla cuando estamos haciendo apuntes, ya que no siempre nos da tiempo a registrar gráficamente todo lo que vemos y es necesario recurrir a ella después, cuando tocamos el dibujo o continuamos con zonas que se habían quedado sin terminar.
A Stephen, a la edad de tres años le diagnosticaron autismo. Su relación con otras personas y el mundo exterior era nula, estaba inmerso en su propio mundo, hasta el punto que dijo sus primeras palabras muchos años después. Cuando tenía once años, tras un breve viaje en helicóptero, Stephen pidió lápiz y papel y, sorprendentemente, reprodujo la vista aérea de la ciudad de Londres con una precisión casi fotográfica, sin olvidar ningún detalle y respetando la perspectiva. En su dibujo plasmó hasta el número exacto de ventanas de los principales edificios.
Stephen posee el síndrome de Savant, existen muy pocos autistas que padecen ese síndrome. Savant es un término que se utiliza para denominar a virtuosos de las artes. Las personas que lo poseen demuestran habilidades mentales absolutamente extraordinarias. Este es el caso de este londinense, conocido como “la cámara viviente”, ya que posee una increíble memoria fotográfica. Esta hazaña la ha repetido en Tokyo y Hong Kong.
Su increíble habilidad ha hecho que sea un famoso artista a nivel mundial. Además, sus obras son demandadas por multitud de exposiciones y particulares.




martes, 26 de enero de 2016

Detención de la pupila

Velázquez hace la revolución más grande que se ha producido en la representación tridimensional sobre el plano. Él es quien consideró el espacio antes que los objetos. Él fue quien, determinando el punto de vista, fijó la mirada sobre un punto del campo visual y la sostuvo quieta sin mirar cosa alguna; estaba dándose cuenta de la profundidad, estaba viendo el espacio.
Cuando se miran los objetos no se puede ver el espacio. Cuando se mueve la mirada sólo se ven las cosas y los volúmenes de ellas; es necesario fijarla para poder darse cuenta del espacio y del valor de los huecos.
Velázquez establece un nuevo modo de mirar que permite una visión espacial perfecta.
Ortega y Gasset dijo: “Velázquez, con una audacia formidable, ejecuta el gran acto de desdén llamado a suscitar toda una nueva pintura; DETIENE SU PUPILA. Nada más. En esto consiste su gigantesca revolución”.

El aguador de Sevilla, Diego de Velázquez

viernes, 22 de enero de 2016

La imaginación intuitiva


Dibujo de Leonardo da Vinci



El color de una pintura no es el rojo, el blanco, el verde o el púrpura, como se cree generalmente: el color está en los matices que existen entre la luz y la oscuridad. Quien comprenda esto traducirá con su pincel la naturaleza de las cosas.
“Entre la idea
y la realidad

Entre el movimiento
y el acto
cae la sombra

Entre la concepción
y la creación

Entre la emoción y la respuesta
cae la sombra

Entre el deseo
y el espasmo

Entre la potencia
y la existencia

Entre la esencia
y el descenso
cae la sombra.”

T.S. Elliot


En Occidente han sido los simbolistas quienes propusieron como función del arte la expresión de los significados secretos de las cosas y, para lograrlo, el medio fue el símbolo, que es la reticencia de la intuición, el soberano lenguaje de la inteligencia. La imaginación intuitiva.
Como decía Mallarmé: “Creo necesario que no haya más que alusión. Nombrar un objeto es suprimir tres cuartas partes del goce del poema, que proviene de la felicidad de adivinar poco a poco; lo que se desea es sugerir”.
Aunque, quizás, el más preciso fue O. Kazuko con la siguiente afirmación: “La definición es limitación, la belleza de una nube o de una flor está en su desplegarse inconsciente.”